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EE.UU. impone una norma de frenado de emergencia para los coches en 2029 para reducir las muertes y lesiones en carretera

El gobierno estadounidense ha ordenado que, para septiembre de 2029, todos los turismos y camiones nuevos vendidos en Estados Unidos deben estar equipados con sistemas de Frenado Automático de Emergencia (FEA). Esta decisión de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (NHTSA) pretende mejorar significativamente la seguridad vial reduciendo el número de víctimas mortales y heridos en accidentes de tráfico. Se espera que la norma salve al menos 360 vidas y evite aproximadamente 24.000 lesiones al año[1][2].

Los sistemas AEB utilizan sensores como cámaras y radares para detectar colisiones inminentes y frenar automáticamente si el conductor no reacciona a tiempo. Esta tecnología es especialmente eficaz para evitar colisiones por alcance y accidentes con peatones. Los estudios han demostrado que el AEB puede reducir las colisiones frontolaterales en aproximadamente un 50% y disminuir significativamente la gravedad de las colisiones cuando se producen[4][5]. Además, se calcula que los sistemas AEB con capacidad de detección de peatones reducen el riesgo de mortalidad de los peatones entre un 84 y un 87% y el riesgo de lesiones graves entre un 83 y un 87%[6].

Los beneficios económicos de los sistemas AEB también son notables. Ayudan a reducir las reclamaciones al seguro y los costes asociados por daños materiales, sobre todo en colisiones a baja velocidad. Se ha comprobado, por ejemplo, que los sistemas AEB traseros reducen significativamente las reclamaciones por colisión, ahorrando miles de millones en daños por accidentes leves de marcha atrás[5].

En general, la implantación de sistemas AEB en todos los vehículos nuevos es un paso fundamental para mejorar la seguridad vial, reducir la carga económica de los accidentes de tráfico y, en última instancia, salvar vidas.

¿Cuál es la diferencia entre el frenado automático de emergencia y los sistemas de frenado normales?

La diferencia clave entre los sistemas de frenado automático de emergencia (AEB) y los sistemas de frenado normales radica en su funcionamiento autónomo y su finalidad.

Los sistemas de frenado normales requieren la intervención directa del conductor para accionar los frenos. Esto incluye el pedal de freno convencional, así como sistemas complementarios como el antibloqueo de frenos (ABS), que ayuda al conductor en situaciones de frenada brusca para evitar el bloqueo de las ruedas y mantener el control de la dirección[2].

Por otro lado, los sistemas automáticos de frenado de emergencia están diseñados para aplicar de forma autónoma los frenos sin intervención del conductor si se detecta una colisión inminente[6][8][9]. El AEB utiliza sensores como cámaras, radar o lidar para supervisar el entorno del vehículo e identificar posibles obstáculos o peligros. Si el sistema determina que es probable que se produzca una colisión y el conductor no toma medidas evasivas, accionará automáticamente los frenos para mitigar o evitar el impacto.

El objetivo principal del AEB es actuar como medida de seguridad de último recurso para evitar o reducir la gravedad de las colisiones frontales, especialmente en situaciones en las que el conductor puede estar distraído o reaccionar con lentitud[4]. Los sistemas de frenado normales dependen totalmente de la capacidad del conductor para reconocer y responder a los peligros.

Otra distinción clave es que los sistemas AEB pueden detener completamente el vehículo a velocidades más bajas para evitar por completo una colisión, mientras que los frenos normales sólo pueden reducir la velocidad del vehículo en función de la intervención del conductor[8][9]. A velocidades más altas, el objetivo del AEB es reducir al máximo la velocidad de impacto antes de que se produzca una colisión.

¿Qué ocurre cuando la tecnología no protege?

La seguridad está a la vanguardia de la innovación en la industria del automóvil, y el gobierno de EE.UU. está dando un paso monumental al imponer sistemas de Frenado Automático de Emergencia (FEA) en todos los turismos y camiones nuevos para 2029. El propósito está claro: reducir las muertes y lesiones en carretera mediante el uso de tecnología capaz de tomar decisiones críticas en una fracción de segundo. Pero, ¿qué ocurre cuando estos sistemas, diseñados para ser nuestros guardianes en la carretera, se quedan cortos?

La realidad que debemos afrontar es que la tecnología no es infalible. Aunque se prevé que los sistemas AEB salven cientos de vidas y eviten decenas de miles de lesiones cada año, puede haber casos en los que la tecnología no cumpla su promesa. Ya sea debido a errores de los sensores, fallos del software o condiciones inesperadas en la carretera, las consecuencias de un mal funcionamiento del sistema AEB pueden ser graves, dejando a conductores y peatones vulnerables a los mismos peligros que la tecnología pretende evitar.

Consigue un abogado que lleve casos de responsabilidad por productos defectuosos

En el raro caso de que el AEB no se active cuando es necesario, o falle causando una reacción falsa, se plantean cuestiones acuciantes sobre la responsabilidad del producto y quién es responsable de las consecuencias. ¿Pueden los conductores confiar únicamente en estos sistemas, o se espera que mantengan el control último sobre su vehículo? ¿Quién es responsable si una supuesta función de seguridad se convierte en la causa de un daño?

La intersección entre la responsabilidad legal y la tecnología automovilística es compleja, y ahí es donde la experiencia en derecho de responsabilidad por productos defectuosos desempeña un papel esencial. Cuando la tecnología no protege, es crucial que las personas afectadas busquen apoyo legal experimentado. Los bufetes especializados en estos casos, como Cronauer Law, comprenden los entresijos de las normas de la industria automovilística, el funcionamiento de la tecnología y el marco legal que los rodea. Están equipados para investigar incidentes, determinar la culpa y defender a los perjudicados por dispositivos de seguridad defectuosos.

Adoptar medidas de seguridad avanzadas como el AEB es innegablemente un paso de gigante hacia un futuro más seguro en nuestras carreteras. Sin embargo, a medida que integramos más tecnología en nuestras vidas, también debemos estar preparados para lo impredecible y asegurarnos de que existen sistemas para hacer frente a los “y si…”. Cuando la tecnología no está a la altura de su potencial para salvar vidas, conocer tus derechos y tener acceso a un apoyo jurídico cualificado es tan crucial como llevar abrochado el cinturón de seguridad cada vez que sales a la carretera.

Cita:


[11]
[12] [1] https://www.jdpower.com/automotive-news/report-automatic-emergency-braking-systems-save-lives-save-money
[2] https://ackodrive.com/car-guide/autonomous-emergency-braking/
[3] https://www.jdpower.com/cars/shopping-guides/what-is-automatic-emergency-braking
[4] https://www.kbb.com/car-advice/how-does-automatic-emergency-braking-work/
[5] https://www.motortrend.com/features/automatic-emergency-braking/
[6] https://www.carriermanagement.com/news/2024/04/30/261623.htm
[7] https://www.reuters.com/business/autos-transportation/us-require-new-cars-have-emergency-braking-systems-by-2029-2024-04-29/
[8] https://www.nytimes.com/2024/04/29/business/abs-automatic-braking-nhtsa.html
[9] https://www.jdpower.com/cars/shopping-guides/what-is-automatic-emergency-braking
[10] https://www.jd